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El veto de Macron para que la izquierda entre en el Gobierno de Francia divide a los socialistas.




El rechazo de Emmanuel Macron a nombrar a un primer ministro de la alianza de izquierdas ha recrudecido las divisiones dentro del Partido Socialista. Tras el anuncio del lunes, el presidente francés inició otra ronda de consultas con los líderes políticos, pero excluyendo a la extrema derecha de Marine Le Pen y a La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, la formación con más peso en el Nuevo Frente Popular. El bloque izquierdista, que obtuvo el mayor número de escaños en la segunda vuelta de las legislativas de julio, ha dicho que no participará en nuevas conversaciones con el mandatario. Pero esta decisión no genera consenso en las filas socialistas, donde aumentan las veces discrepantes.

Hay dos desacuerdos principales y estos se harán aún más patentes durante la universidad de verano del Partido Socialista, que se celebra a partir de este jueves en Blois, al sur de París, con los militantes del movimiento y sus dirigentes. El primero es si mantener las conversaciones con Macron, lo que supondría romper con los socios del Nuevo Frente Popular (NFP) que, además de los socialistas y de LFI, agrupa a ecologistas y comunistas. El segundo es qué hacer cuando haya una eventual moción de censura al nuevo Gobierno

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