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La tragica muerte de un niño pone en alerta a los padres.



Se acerca el fin del año y la pirotecnia aparece como uno de los elementos festivos más utilizados por las familias. Muchos organismos alertan sobre el mal uso de la pirotecnia a la hora de las detonaciones. Este caso va más allá del uso de la pirotecnia.


El trágico hecho ocurrió en el distrito de Barrancabermeja, departamento de Santander, en Colombia, cuando el pasado 15 de diciembre el nene comenzó con vómitos y diarreas, y los padres decidieron llevarlo un centro médico.


El secretario de Salud de Santander, Edwin Antonio Prada Ramírez, reveló que los médicos que lo examinaron decidieron derivarlo a un hospital de mayor complejidad, donde nada se pudo hacer para revertir la situación y el nene falleció a los 5 días.


Prada Ramírez aseguró que, debido a la dificultad en encontrar el motivo del deceso, se le realizó un estudio adicional que reveló que murió por haber ingerido pólvora, ya que encontraron fósforo blanco en su organismo,  el cual le produjo una falla hepática fatal.


Andrés Manosalva, secretario de Salud de Barrancabermeja, reveló que se contactaron con la familia del menor de edad “para indagar la situación e investigar los días anteriores” y que se dieron cuenta de "en la comuna donde reside fue una de las que registró uso de pólvora desde el 7 de diciembre, Día de las Velitas, y que se extendió por varios días”.


Según la investigación, el nene se intoxicó luego de haber ingerido unidades de “tote”, un artefacto de pirotecnia casero que es peligroso, pero que se vende con normalidad, y estalla cuando se lo golpea o se lo raspa contra el piso.


Según la Organización Mundial de la Salud, basta con que un menor de edad toque la pólvora y luego se lleve las manos a la boca para que le genere algún grado de intoxicación, lo cual se agrava si la sustancia es ingerida.


De acuerdo a los expertos, las primeras 24 horas son cruciales para salvarle la vida a un menor de edad que ingirió fósforo blanco, ya que los síntomas tienden a confundirse con los de un malestar estomacal.

Pasado ese primer día, las posibilidades de salvar una vida son remota porque la pólvora provoca quemaduras en el estómago y problemas hepáticos, renales, neurológicos y cardíacos irreversibles.

Al producir esa quemadura, se transforma en pentóxido fosfórico. Esta sustancia penetra en el organismo y se convierte en ácido fosfórico, el cual produce un daño directo en el hígado, órgano que realiza el metabolismo, y causa una falla hepática aguda.


Más allá del uso indebido de la pirotecnia, los padres deberán tener mucho cuidado a la hora de guardarla lejos de alcance de los niños.

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