Tras semanas de idas y vueltas, la vicepresidenta Victoria Villarruel cedió a la presión social y de la propia Casa Rosada y prorrogó, en un decreto de su puño y letra, el congelamiento de las dietas de los senadores nacionales hasta el próximo 31 de marzo, para evitar que el monto escalara en febrero a $9,5 millones en bruto.
Después de haberse resistido a avanzar por motu proprio y de impulsar una definición colectiva, Villarruel firmó finalmente el decreto 1/25 con aval de todos los bloques políticos menos Unión por la Patria, que a diferencia del resto de los bloques (que presentaron distintas notas ante la vicepresidenta) no pidió frenar los aumentos.
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